Hernán Ghilardi, ahora ex entrenador de El Ceibo, cuenta sus sensaciones tras ser echado. “No se puede jugar con el trabajo de las personas”, declaró.
Tan solo cinco partidos duró el paso de Ghilardi al mando del Celeste de Casbas. Los resultados no fueron óptimos, y en justificación con el director técnico, el tiempo de trabajo tampoco. La victoria en la cuarta fecha -tercera de El Ceibo- ante Ferro por 2 a 1 hacía parecer que ya habían dejado atrás las derrotas en el clásico con Garré y con el puntero Argentino.
Pero por el contrario, el equipo de Ghilardi volvió a caer en sus dos posteriores presentaciones. Primero con Juventud por 3 a 1, y después en una goleada categórica ante Cecil A. Roberts por 5 a 0, la cual terminó de convencer a aquellos dirigentes que ya pensaban en el futuro de El Ceibo.
En un mano a mano con Cultural y Deportiva, Hernán Ghilardi nos cuenta sus sensaciones después de haber sido despachado de su posición de entrenador. Habla de la dirigencia, de los jugadores, y de lo que fue su efímero ciclo en el club.
¿Cómo estás personalmente con esta decisión que tomó la dirigencia?
En lo personal te tira para abajo anímicamente perder un trabajo y más en esta profesión que amo y respeto, y que hace años vengo desarrollando, con muchas alegrías y tristezas, porque no todo es ganar y ganar; tarde o temprano se pierde y hay que aprender a vivir con eso. Vas a tener tiempos de gloria y tiempos de derrotas. Me quedo asombrado con esta decisión. Habíamos planificado un proyecto a largo plazo con la idea de mantener un plantel, darle chances a jugadores jóvenes y poder ir haciéndolos para el próximo año, como hacen la mayoría de los clubes de esta y otras ligas también.
¿Por qué crees que se tomó la decisión?
Según ellos la decisión fue por los resultados, y al final se contradice con el proyecto que había presentado. Es muy difícil poder entrenar con la mitad del plantel que durante la semana no entrena a diario, y se conocen solo los días de los partidos. Y sin contar los lesionados y expulsados, y más si tenes un equipo corto de 16 jugadores entrenando, cuando la mayoría viene de afuera, y no sabes si entrenan o no. Uno confía en que sí, pero a la hora de entrar a la cancha te das cuenta que no lo hacen. Tenes que trabajar mandándoles videos de jugadas paradas o el sistema táctico que pensas desarrollar en el partido. Con reserva y primera llegamos a ser 35 jugadores nada más.
¿Crees que se manejaron de mal forma?
Me parece que sí. Es una contrariedad a lo que se había planteado en su momento. Tampoco hubo apoyo en el sentido de material para trabajar. No solamente con primera sino con las demás categorías. Yo creo que se tomo una decisión apresurada, cuando sabes que en dos o tres meses de trabajo no podes remendar años de errores. Yo quería apuntar a las categorías inferiores para poder corregir todas esas falencias.
¿Estabas con ganas y fuerzas para seguir?
Cuando caes, te levantas y te volves a caer, y te levantas, lo haces con mas fuerzas. Si obviamente, tenía todas las ganas y las fuerzas para seguir. Sabía que este primer capítulo de apertura iba a ser difícil, ya que hubo jugadores que llegaron en la tercera fecha y no se pueden conocer los jugadores en tres partidos jugando juntos. En los amistosos solo jugamos uno solo con tres jugadores de afuera que recién se estaban conociendo entre ellos. Si te pones a pensar, cinco jugadores se conocían de torneos anteriores, y más cuando queres implementar una forma de juego muy diferente a lo que están acostumbrados y a otro nivel de entrenamiento. Hemos trabajado hasta doble sesión en varios días para que se familiarizaran con este sistema.
¿Pudiste tener una charla con los jugadores para despedirte? ¿Sentías el apoyo del grupo?
Si, y la verdad les agradezco enormemente la confianza que habían depositado en mí, como yo en ellos. Muchas palabras de aliento y mucha tristeza de parte de ambos. Sentí el apoyo. Se sabía que iba a ser difícil en conocerse, y eso fue lo primero que quisimos conseguir, en unir al grupo y estar más unidos sea cual fuese el resultado. Eso habla muy bien de ellos como personas; es bueno que los jugadores se sientan apoyados y con confianza de parte del cuerpo técnico. Lástima que no de todos hubo ese apoyo.
¿Por qué crees que no se estaban dando los resultados?
Creo que lo que nos faltó fue suerte. Se trabajaba durante toda la semana pensando el rival que íbamos a enfrentar el domingo y planificamos cada detalle. Pero siempre la mala suerte metió la nariz. Con Garré nos expulsan a Ponce y Argañin, y tuvimos que cambiar todo el sistema táctico que armamos en la semana. Encima si le sumas el gol ese de la pelota que revienta antes de entrar, que no sé si sucede muy a menudo. El segundo contra Atlético Argentino se lesiona Gadea, después contra Juventud se vuelve a lesionar, y a los 10 minutos me expulsan a Carlos Villarreta; y este último sale lesionado Fede Marcos. Todo lo que trabajas en la semana se te disuelve en unos minutos, y se te hace cuesta arriba.
¿Qué rescatas de tu paso por el club?
Rescato la gente, la hinchada con su apoyo hacia mi persona. La parte humana de los jugadores hacia mí, la calidad de jugadores que se merecen oportunidades y no se la han dado. El buen trato de las persona de Casbas que me han brindado. Me llevo lo positivo que es el grupo que pudimos conformar. Y lo negativo es no haber podido seguir con este proyecto que habíamos plasmado desde un principio. Lamentablemente si queres pelear campeonatos y estar bien alto necesitas copiar a equipos como Juventud, Garre, Unión, Villa, Atlético Argentino, Roberts y calculo que otros más que vienen jugando juntos de hace años que mantienen una base desde inferiores hasta la primera división, y eso son los equipos que van a lograr los resultados. Quiero agradecer a todo el plantel desde las inferiores hasta la primera división por su apoyo y mandarles un abrazo gigante. Quién te dice, la vida tiene muchas vueltas y tal vez nos volvamos a encontrar en una cancha.